Aunque los padres en general son conscientes de la necesidad de proteger del sol la piel de los niños, no suele ocurrir lo mismo con sus ojos.
Proteger la visión de los efectos de los rayos solares en la playa, las sierras o la montaña, es algo que casi todos los adultos hacen. Pero no existe la misma claridad con respecto a la necesidad de cuidar los ojos de los niños, a pesar de que ellos son más vulnerables.
El cristalino de un niño es casi transparente hasta los 10 ó 12 años, y así sus ojos absorben toda la radiación, según advierte Infinit.
Y, por lo general los niños eligen anteojos de sol por que son coloridas o por que tienen el diseño de sus personajes animados favoritos, aunque no todos los lentes oscuros para chicos cumplen con las normas de calidad, y muchos de ellos son de juguete. Y así, muchos padres compran lentes sin ningún tipo de verificación, ya que desconocen que el sol puede provocar daños irreversibles en los ojos de sus hijos.
“Los anteojos de sol para niños deben ser comprados en ópticas, previa consulta al oftalmólogo”, alerta Daniel Pizzi, director del Hospital Pediátrico y oftalmólogo.
¿Cómo elegir gafas de sol adecuadas para los chicos? Las recomendaciones de los oftalmólogos de Infinit son las siguientes: que cuenten con un excelente sistema de sujeción; y que brinden una protección del ciento por ciento contra los rayos U.V. La protección U.V. de cualquier lente se puede chequear con un pequeño aparato llamado uviómetro. Las lentes deben llegar a los 400 nanómetros para que estemos totalmente protegidos.
El otro dato es que ofrezcan materiales resistentes para los niños. Las lentes de policarbonato son ideales ya que brindan seguridad por ser contra impacto e irrompibles.
Fuente: Diario Online La Voz, de Córdoba
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