En esta nota trataremos la relación que existe entre la cantidad y calidad lagrimal con respecto a los lentes de contacto y a las molestias.
La capa lagrimal está compuesta por tres partes:
- una capa mucosa. Producida por la secreción de las glándulas conjuntivales. Su función es la de mantener adheridas a las superficie ocular a las otras dos capas.
- una capa acuosa. Principalmente segregada por las gándulas lagrimales principales. Es la encargada de transportar el oxígeno que intervendrá en el metabolismo celular corneal.
- una capa lipídica. Producto de la secreción de las glándulas de Meibomio, situadas en el párpado superior. La adhesividad de esta capa prolonga la permanencia de la capa acuosa evitando su evaporación. Además ayuda a que la superficie corneal sea lisa.
La película lagrimal está compuesta casi en su totalidad por agua, pero posee glucosa, proteínas ( albúmina, globulina y lisozima, esta última con una gran capacidad antimicrobiana), sodio y potasio.
La función principal de esta película es, principalmente, la de llevar el oxígeno necesario para que se produzca un normal desarrollo del metabolismo corneal. Tambien le podemos atribuir una función óptica, ya que forma junto con la superficie corneal una superficie refractiva. No podemos dejar de mencionar la tarea bacteriostática, lubricante y de protección mediante el barrido de cualquier sustancia extraña que ingresa al ojo.
Debido a todo lo mencionado anteriormente es que cuando hablamos de lentes de contacto hacemos bastante incapié en el estado y el cuidado de la integridad de la película lagrimal.
Una deficiencia en dicha capa puede producir molestias, como ser una sensación de resequedad, y su ausencia puede ocasionar una mala oxigenación corneal, produciendo problemas más severos como los edemas, queratitis, opacificaciones corneales, síndrome de intolerancia al lente de contacto.
Es por esto que se recomienda utilizar líquidos que contengan componentes que ayuden al normal funcionamiento de los lentes en relación a la lágrima.
Uno de los productos más efectivos para realizar esta ayuda es el Hialuronato Sódico, presente en algunas soluciones multipropósito y en algunas lágrimas artificiales.
También es importante usar lentes de contacto que favorezcan el traspaso de oxígeno y que estén adaptadas de manera que permitan un buen recambio lagrimal.
Siempre es recomendable al comenzar con molestias o sensación de resequedad ocular, retirarse las lentes y limpiarlas bien e hidratarlas. Si el síntoma persiste es conveniente recurrir a su oftalmólogo o contactólogo de confianza.
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