miércoles, 9 de junio de 2010

Me Molestan los Lentes de Contacto – Parte 1


Es habitual que en la relación con los usuarios de lentes de contacto escuchemos recurrentemente una frase que se dificulta responder: “ estos lentes me molestan mucho”.
No es que uno no pueda responder a dicha frase, sino que existen numerosas causas para que el lente de contacto no sea confortable totalmente. Dentro de dichas causas podemos enumerar:
- Mala adaptación (selección errónea de la curva de la lente o material de la lente)
- Mal uso de la lente de contacto (no respetar los tiempos de duración, mala limpieza, mala selección de los líquidos, no consultar al profesional ante la aparición de algún problema)
- Problemas patológicos o sistémicos asociados al ojo que no son resueltos previo al uso de la lente de contacto.
De acuerdo a lo expuesto, tenemos problemas que pueden ser generados por el profesional que realiza la adaptación o por el mismo usuario.
¿Qué entendemos como una mala adaptación?
Cuando colocamos una lente que no se corresponde con los radios de curvatura de la córnea del paciente podemos afectar el confort de varias maneras. Una lente de contacto que se encuentra muy floja se sentirá mucho más en el ojo debido a que se mueve mucho más con el constante parpadeo. Esta situación hace que después de varias horas de uso el paciente necesite sacarse la lente para darle un descanso a ese ojo incómodo.
Por el contrario, una lente de contacto muy ajustado no genera molestias por el movimiento, pero no permite un correcto pasaje de la película lagrimal entre la lente y la córnea. Se produce entonces una falta de oxígeno en las capas corneales superficiales, lo que favorece la formación de un edema que disminuye la transparencia y borronea la visión.
La selección de un material acorde al usuario supone que se realiza una buena evaluación de la relación lágrima – córnea – lente y de las exigencias de uso que presenta el paciente. Normalmente podemos lograr mejorar el confort por mucho más tiempo cambiando a algún material que permita un mejor pasaje de oxígeno, o que retenga mayor cantidad de agua.
De acuerdo a lo planteado en los párrafos anteriores, es muy importante confiar en la preparación y la idoneidad del profesional que realiza la adaptación. Muchas veces se recomienda un producto, teniendo en cuenta las pruebas y las necesidades de la persona, y se termina eligiendo otro por una cuestión de precios, que a largo plazo se termina revirtiendo.
¿Usamos mal los lentes de contacto?
La respuesta es SÍ. Es muy normal escuchar, cuando uno atiende a un paciente, que lo usa más tiempo de lo que corresponde y no pasa nada, que no lo limpia porque en un lugar le dijeron que no hacía falta.
Un mal mantenimiento también produce una intolerancia al lente de contacto. Los depósitos que se van acumulando (proteínas, depósitos de hierro, calcio) sumado a las bacterias y virus a las que estamos expuestos diariamente hacen del lente de contacto mal mantenido de un agente con altos niveles de riesgo de producir molestias, lesiones y contaminaciones a nivel ocular.
¿Qué hago si venía usando mis lentes sin problemas y ahora empecé con síntomas de inconfort?
Lo primero que uno debe realizar en caso de comenzar con molestias es interrumpir el uso de los lentes de contacto y visitar a su profesional de confianza, en este caso el contactólogo o el médico oftalmólogo.
Entre los problemas patológicos que pueden generar molestias en el uso del lente de contacto encontramos:
- Conjuntivitis
- Queratitis
- Úlceras
Todas estas patologías presentan normalmente síntomas que advierten que las cosas no están funcionando bien, como ser ojo rojo, exceso de lágrimas permanentes, lagaña, ardor, molestias con la luz fuerte.
Además nos encontramos con desórdenes sistémicos entre los que podemos nombrar:
- Diabetes
- Tiroides
- Cambios hormonales bruscos
Estos, normalmente, producen cambios de graduación (empeorando la visión) o cambios en las capas lagrimales (ensuciando mucho más las lentes, produciendo problemas de resequedad)
Conviene consultar al profesional de confianza ante la aparición de cualquier síntoma de los mencionados.
Este artículo fue realizado con fines introductorios y serán abordados con mayor profundidad los problemas mencionados en artículos posteriores.

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