jueves, 24 de junio de 2010

¡Ojo con su salud visual!


IDENTIFICAR a tiempo cualquier cambio en la visión o en el aspecto del ojo, es fundamental para evitar complicaciones oculares.

Abra el ojo que hay buenas noticias: usar gafas no es sinónimo de padecer una enfermedad, es simplemente una forma del ojo genéticamente prediseñada.

Así como usted nació de cabello oscuro y ondulado o de nariz respingada, sus ojos también llegaron a este mundo con un diseño especial. Pero atención: esa forma del ojo no es la que vemos por fuera, esa achinadita o tal vez más expresiva. No, no, no... se trata de la estructura interna del ojo.

¿Si usar gafas no es enfermedad entonces qué es? Son defectos refractivos.

Si el paciente tiene miopía se habla entonces de que tiene un ojo que enfoca antes de la retina. Si tiene hipermetropía se dice que tiene un ojo que enfoca después. Y en el caso del astigmatismo, lo que sucede es que la córnea no es completamente esférica sino ovalada.

Las manifestaciones

Cada uno de estos defectos tiene características o síntomas particulares.

La miopía, por ejemplo, se caracteriza porque el paciente tiene una deficiente visión de lejos. La hipermetropía, cuando es alta, se define como mala visión de lejos que se fatiga con el trabajo cercano. Cuando es leve hay buena visión lejana.

En el caso del astigmatismo, el paciente presenta visión borrosa de lejos y de cerca. Sin embargo, cuando éste no es en alto grado, hay buena visión lejana pero se fatiga con la visión cercana.

Para evitar que este tipo de defectos progresen, se recomienda prevenirlos desde los primeros años.

Lo correcto es que todo niño a partir de los tres años comience a tener su revisión oftalmológica. Hay algunos que nacen con necesidad de gafas, pero como los padres los ven caminando o jugando piensan que están bien y a veces tienen diferencias entre un ojo y el otro. El ojo que ve mejor se desarrolla y el otro se queda atrasado, eso es lo que se llama ambliopía u ojo perezoso.

Al mismo tiempo, por ser la visión un sentido que se desarrolla hasta los ocho o diez años, es importante que los padres lleven a sus hijos a controles desde temprana edad.

Lo ideal es poder evaluar a los niños desde los tres años, pues si hay que hacerles un tratamiento tenemos cinco o siete años para que a los ocho o diez ya tengan una visión normal.


Cuando el ojo se enferma

Hay que tener cuidado a cualquier síntoma o alteración que afecten su visión.

La razón es que hay enfermedades oculares que de no ser atendidas con tiempo pueden ser irreversibles, y tal vez, ocasionar daños mayores a la visión.

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